Hay un problema con el método Mystery, y es que solo entiende de juego indirecto. Por lo que descarta el juego directo.

Es lógico, cuando Mystery escribió su primer libro la seducción era un campo "nuevo" en cuanto a su forma de encarar el tema de forma científica... no solo teorica, sino con demostración practica. Había otros libros antes, como "Como hacer amigos e influir sobre las personas" que se asemejaban un poco... pero no había nada dedicado tan profundamente a la seducción y que no se limitase solo a un libro o a una teoría de socializar.

Pero desde que Mystery dio a conocer su forma de seducir la comunidad de seducción ha avanzado mucho. Lo primero es el nacimiento del término "juego interno", ya que Mystery se basaba enteramente en el juego externo, y dentro de este única y exclusivamente en el juego indirecto.

Pero como digo... el campo de la seducción ha avanzado, no solo en darse cuenta de la importancia del juego interno, sino en la aparición de la teoría del juego directo. Su forma de jugar, y las leyes que lo rigen.

Hay mucha gente que me dice "no ocultes tus intenciones, se directo"... cuando yo simplemente quiero hablar con la chica, pasármelo bien. No tengo interés en la chica, solo en pasármelo bien. En ese caso soy honesto, y transmito lo que pienso. En otras ocasiones, solo ver a la chica siento un deseo de conocerla, me fascina algo de ella y ni siquiera he hablado ni una palabra con ella... y ya siento deseos de conocerla. En ese caso... se lo digo. Le digo que quiero X de ella. Y de esa manera... siempre intento hacer lo que me viene en gana. Lo consiga o no, lo intento.

Hay veces que voy con la intención de pasármelo bien. No quiero nada de ellas, solo pasármelo bien con ellas. Y ellas no quieren colaborar, yo igual me voy y me lo sigo pasando bien con otras que si quieren. Y por otro lado hay veces que ellas no quieren darme lo que yo quiero de ellas cuando las digo que quiero algo de ellas. Pero me siento bien habiendo perseguido mis metas todo lo que he pedido. Tal vez no triunfe en las metas que persigo. Pero no dejo de intentarlo todas las veces que me surge un deseo de tener algo. Además, otras veces ellas aceptan.